Abel Paz, pseudonimo di Diego Camacho, forse l’ultimo vivente tra i combattenti della Columna Durruti ci ha lasciato il 13 aprile, nella sua Barcellona. Classe 1921, era giovanissimo quando combattè il fascismo nella guerra civile spagnola, ma da allora non ha mai abbandonato le sue idee anarchiche. Lo ricordo con le parole e una foto che cinocino gli ha scattato 3 anni fa nella sua modesta casa di Carrer Verdi, in Gracia, da cui mi portò a casa un suo libro con una dedica.
Soy anarquista y ser anarquista es ser una persona coherente (paz espiritual, la tranquilidad, el campo, trabajar lo menos posible, el suficiente para poder vivir, disfrutar de la belleza, del sol. Disfrutar de la vida con mayúsculas, ahora se vive en minúsculas). Tener una conducta personal. Llevar las ideas a la práctica al máximo, sin esperar que haya una revolución. Eso se puede hacer ahora. Es una concepción filosófica, es un estado de espíritu, una actitud ante la vida. Pienso que esta sociedad está muy mal organizada, tanto socialmente, como políticamente, como económicamente. Hay que cambiarlo todo. El anarquismo invoca una vida completamente diferente. Trata de vivir esta utopía un poco cada día.
Hasta siempre, Abel